A pesar de su nombre no hay ninguna relación entre las nebulosas planetarias y los planetas. Su nombre se debe al astrónomo William Herschel quien en el siglo XVIII y llevado por la apariencia a menudo circular de estas nebulosas las relacionó con los discos planetarios. El nombre, aunque pueda llevar a equívocos, se ha conservado a lo largo de los años. Las nebulosas planetarias se producen cuando una estrella gigante roja que ha agotado ya todo su hidrogeno expulsa sus capas exteriores y se puede apreciar una envoltura de gas que se va expandiendo poco a poco.
El destino del Sol es el convertirse en nebulosa planetaria y terminar sus días como una enana blanca. Dentro de cinco mil millones de años el Sol agotará su reserva de hidrógeno y se convertirá en una estrella gigante roja, expandiendose mas allá de la órbita de la Tierra. Algunos cientos de millones de años después arrojará cerca de la mitad de su masa, y desde sistemas estelares lejanos podrá observarse una espectacular nebulosa planetaria en lo que antes era el sistema solar.
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